¿PARA QUE SIRVE DIOS?

Mucha gente que no se acerca a Dios respondería a esta pregunta de modo claro y contundente: para nada. Y efectivamente, nuestra naturaleza caída por la desobediencia a Dios -tentada por el diablo enemigo de Dios y de los hombres, el mentiroso y homicida- quiso dar la espalda a Dios, para endiosarse a sí misma, y por ende, no quiere saber de Dios, incluso le estorbaría para hacer lo que le venga en gana. El hombre sin Dios no quiere someterse a nadie, ni a Dios, sino tan solo a sí mismo, es decir a su propio gusto, querer e interés, en su necedad y ceguera inmensa.

El ser humano vive en tal ignorancia que cree que lo poquito que conoce es todo lo que existe, aun sabiendo que no conoce ni el 2% de este mundo (lenguas, gente, instituciones, creación, libros, historias, ideas,…) y aún menos de la eternidad, pero comete el mismo error de la rana nacida en el fondo del pozo que, como nunca ha salido de allí, cree que no hay nada más que ese fondo del pozo, pues es todo lo que conoce.

El mundo se ha construido de espaldas a Dios, y no le deja lugar a Él. Incluso le estorba, como es cada vez más evidente al quitar cruces e imágenes religiosas de lugares públicos, o con las leyes impuestas contrarias a la ley natural y a la ley de Dios, y que los hombres de Dios se niegan a cumplir, por lo que también estorban e incomodan.

Para sobrevivir por unos años físicamente como animales de otra especie en este mundo no necesitaríamos a Dios, pero en realidad, nos privaríamos de quien nos haría la vida, incluso en este mundo, mucho más feliz; los valores cristianos hicieron posible la civilización, universidades y el desarrollo, con el cese de guerras incesantes y la unión de fuerzas.

Es palpable también en el mundo actual que en la medida que la humanidad se aleja de Dios, más se deshumaniza y animaliza, más desconfianza unos de otros, más individualismo, egoísmo, crimen, locuras, suicidios, homicidios, etc.

Dios es necesario para sacar de uno lo mejor, pues solo Él puede liberarnos de la esclavitud del pecado. De hecho para esto vino Jesús al mundo:

  1. Para liberarnos del pecado que es la principal causa de sufrimiento en este mundo, y del que no nos podemos liberar por nosotros mismos.
  2. Para darnos la Vida en abundancia, divina y eterna. Sin El no tendríamos la Vida. Solo la vida física pero no la espiritual, solo para sobrevivir, pero no para Vivir.
  3. Para nuestro pleno desarrollo espiritual, hasta alcanzar la santidad. Solo así se entra en el cielo eterno, purificados de todo pecado, que no puede tener lugar en el cielo, porque es la necedad y estrechez de miras de los hombres sin luz en este mundo. Hay que estar trasformados en amor para vivir en el Reino del Amor.

Si se mantienen en mi palabra conocerán la verdad y la verdad les hará libres…Todo el que peca es un esclavo, pero si el hijo les da la libertad, serán realmente libres. Jn 8,31ss.

Le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados.

Él es el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.

No podemos librarnos por nosotros mismos; el pecado es el peor cáncer que podemos tener, pues nos priva de lo que más anhela y necesita nuestra alma, que son los frutos del Espíritu Santo: amor, paz, paciencia, felicidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí. Imagina lo felices que seriamos en un mundo donde la gente diera estos frutos, o donde cumplieran los simples 10 mandamientos; no se necesitaría policía ni ejércitos, no se necesitarían cárceles, podrías confiar en la gente, sin cerraduras en las casas ni violaciones ni asesinatos… sería un paraíso, como el cielo.

El que nos priva de ese estado de felicidad para el que Dios nos Creó es el pecado, la falta de verdadera libertad, de dominio de uno mismo, que nos lleva a hacer lo que no queremos.

Pecado al que nos tienta el enemigo de Dios y de los hombres, como desde el génesis e incluso a Jesús, el mentiroso, tentador, que nos quiere separar de Dios y de la Vida. Desde un principio el paraíso lo destruyó el enemigo y el pecado del hombre y Cristo vino a restaurarlo, a ofrecernos la posibilidad de recuperarlo. Necesitamos que Él nos libre de la lepra del pecado, y se reveló con poder para ello, incluso para sacarnos de la muerte espiritual y llevarnos a la plenitud de su Vida.

Por tanto, Dios sirve de mucho, sirve para ensenarnos nuestra dignidad, a vivir como hijos de Dios, a sacar lo mejor de nosotros, a mostrarnos el camino de felicidad ya en este mundo, expresada por la misma ley natural que condensa los mandamientos y mucho mas que eso, para vivir los valores eternos, en este mundo y por toda la eternidad. Este es un valor infinitamente superior a todos los valores terrenales y pasajeros. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si no tiene la vida eterna?

Acerca de juliodomenech

TOMO ESTE ESPACIO COMO REFLEXIÓN EN PROCESO. COMPARTIENDO LO QUE PUEDA DE VEZ EN CUANDO. SIEMPRE ABIERTO A CAMBIAR Y A ENRIQUECERME, PUES NO DEJAMOS DE LEER, DE VIVIR, DE APRENDER. COMPARTIENDO CRECEREMOS JUNTOS. NOS AYUDAMOS A NOS SALIRNOS DEL CAMINO DE LA VIDA, SINO POR EL CONTRARIO, ADENTRARNOS Y AFIANZARNOS MÁS EN EL. PARA ELLO SON NUESTRAS REFLEXIONES. ES TIEMPO DE GRACIA Y BENDICIÓN QUE NO PODEMOS DESAPROVECHAR. ESTE ES UNO DE TANTOS MEDIOS.
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